MEMORIAL FOR THE WITCHES

El proyecto surge a partir del concurso internacional "The Last Nuclear Bomb Memorial", el cual, incita a los participantes a diseñar un memorial que genere conciencia sobre el silencio global existente entorno al desarrollo de armamento nuclear.

El proyecto se ubicó en el macizo de Jibiny un entorno natural montañoso en donde el hombre no ha intervenido y por lo tanto simboliza lo opuesto a la destrucción. 

Se diseñaron dos atmósferas principales ubicadas en el centro del conjunto. La primera de ellas está conformada por un jardín ubicado en la cubierta del memorial, el cual, tiene una forma circular y cuenta con una pendiente que desciende hacia la parte central, llegando a un agujero circular que puede percibirse como un abismo obscuro durante el día, o bien, como el centro de una detonación atómica al iluminarse durante la noche. 

La segunda atmósfera del memorial, en contraste con la primera, se encuentra bajo tierra y en esta ocasión está delimitada por una cúpula o cascarón de concreto armado que simula ser un búnker (o refugio atómico) en estado de penumbra permanente , iluminado de manera natural sólo por un óculo en la parte superior. 

Complementando la experiencia sensitiva del memorial, las salas de exposición de la parte museográfica del conjunto se encuentran rodeando la cúpula de concreto de manera concéntrica distribuyéndose en dos niveles, tanto en el sótano, donde también se encuentra el acceso principal del conjunto y áreas de mantenimiento, como el el primer piso, donde se encuentra la cafetería.

 Los dos niveles de las salas de exposición están conectados por dos rampas helicoidales simétricas, el mismo tipo de rampas se utiliza para subir al techo o terraza donde se puede apreciar el entorno natural que rodea al museo memorial.